lunes, 19 de diciembre de 2011

Muerte del dictador norcoreano


Hoy lunes, nos hemos enterado que el pasado sábado día 17 de diciembre, había fallecido el dictador norcoreano Kim Jong-il, a la edad de 69 años. Lo de enterarnos dos días, hasta es poco, por el hermetismo informativo de dicho país. 

Poco se puede decir de la excentricidad y megalomanía de este dirigente, que tuvo el dudoso honor de representar la primera monarquía comunista que había ocurrido en la historia, al ser nombrado heredero tras la muerte de su padre, Kim Il-Sung, en 1994 y que será su hijo, Kim Jong-un. La otra monarquía comunista la encontramos en Cuba, donde Raúl Castro ha sustituido a su hermano, Fidel. 


Pero no entraré en supuestas legitimidades históricas sino en su figura, igual a la de su padre y en ese estado de sitio y paranoia que sufre Corea del Norte, desde su fundación en 1953, tras la famosa guerra de Corea que dividió a ambos países por el paralelo 38. 

Sin duda alguna, este régimen se podría asociar al paradigma de lo que representa un Estado que vigila al 100% a sus ciudadanos, una especie de Gran Hermano, de George Orwell, en el que todo son ojos y que cualquier puesta en duda de la política aplicada por Pyongyang, representa probablemente unas represalias seguras que se pueden extender al resto de la familia. 

La propaganda que emite constantemente los medios de comunicación norcoreanos sobre la figura de su líder, hace que su pueblo únicamente conozca esta supuesta realidad y lo haga ver como el líder ideal que necesita una nación para salir adelante y prosperar. Ejemplos, como que todos los libros que hay en la Biblioteca Nacional son escritos por el, lo que significaría escribir un libro al día, que va de Filosofía a Ingeniería Aeronáutica, etc. que la gran mayoría de las portadas de los periódicos (todos ellos, lógicamente son oficiales del Partido Comunista) ensalcen su figura o fotografías de eventos donde ha participado. 

O incluso, su televisión, que constantemente emite cánticos militares invocando a la defensa del país ante una inminente invasión norteamericana. 

Pero esa pantomima de régimen, lo único que ha generado en estos más de 50 años, es una manipulación total del pueblo, haciendo pensarle que tienen todo el bienestar cubierto, cuando basta con ver unas imágenes de aquel país para ver que casi se mueve en unos niveles de principios del siglo XIX. 

En este país, tal vez el último reducto de lo que generó la guerra fría, podemos ver las grandes desigualdades que existen entre las dos Coreas, siendo la del sur uno de los grandes dragones de la economía asiática y la del norte, con ese gran retraso tecnológico y constantemente amenazada con grandes hambrunas. 

La miseria es tan grande en este país que al estar la frontera surcoreana totalmente cerrada y ser la más militarizada del mundo (aunque curiosamente se le llama Zona Desmilitarizada, DMZ), muchos hayan optado por cruzar de forma ilegal a China aunque ya el flujo se ha reducido mucho ¿por qué? No porque las cosas en Corea del Norte estén mejor, sino que si uno huye o intenta huir y es capturado, las represalias son extendidas también a su familia. 

Sin duda alguna, otro de los grandes fracasos del comunismo, tanto en el aspecto económico como en el respeto a los derechos humanos, algo que a lo largo de la historia, es lo único que han cosechado.

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