Uno de los temas candentes últimamente en Canarias, es lo referente a la posible extracción de petróleo en nuestras costas.
En los tiempos actuales de crisis, no nos podemos negar a la posibilidad de obtener una fuente energética con la tradición deficitaria que ha tenido España en este sentido y de aportar nuevos recursos, principalmente en Canarias.
Si se toman todas las medidas de seguridad posibles, no hay que temer en el sentido de un posible vertido. Siempre se corre un riesgo pero en toda inversión y deseo de prosperidad, se corre con el. Así, no tendría sentido construir nuevas carreteras ante posibles muertes por accidentes de tráfico o sacar un nuevo modelo de avión ante una posible catástrofe aérea. Hay que tener siempre una mentalidad positiva y nunca dejarnos vencer por el victimismo.
En lo referente a los posibles beneficios que podría obtener la sociedad, que ese es el objetivo principal, la historia nos ha dado muestras más que evidentes de ello.
En nuestro continente, el ejemplo más claro, lo podremos encontrar en Noruega. Dicho país, era a principios de la década de los setenta, uno de los países más pobres de la Europa occidental pero tras sus hallazgos de reservas petrolíferas en el Mar del Norte, se ha convertido en lo que es ahora, en el paradigma del estado del bienestar y con una de las mayores rentas per cápita del mundo.
Otro de los ejemplos más notorios y que afecta positivamente en el progreso de la ciudadanía, son los países del Golfo Pérsico y que antes del descubrimiento del oro negro, sus principales riquezas eran la extracción de perlas y la ganadería caprina. Recientemente, estuve en Qatar y allí pude ver las ventajas que gozaba su población, con haber creado una ciudad, Doha, en medio del desierto y con una red de infraestructura envidiable por todo el mundo y con unos servicios hacía la ciudadanía que por excesos hasta roza la excentricidad como el pagar gratuitamente las operaciones de cirugía estética que deseen los conciudadanos.
Me llama mucho la atención como algunos quieren pensar que el petróleo sería un negocio en el que se verían favorecidos unos pocos privilegiados de la clase política. Sinceramente, no me veo a este país como la Libia de Gadaffi o la Venezuela de Chávez.
El sueño de todos sería que se utilizaran únicamente energías renovables pero se ha demostrado que para su uso, haría falta ingentes cantidades de dinero y que hasta ahora, los proyectos que se han realizado, han sido sobre pequeñas poblaciones como la isla de El Hierro. Lógicamente, este handicap es debido por el alto coste y la gran superficie de paneles solares o torres de energía eólica que se necesitarían y que incurrirían en un tipo de contaminación, la visual, que en el caso de Canarias, si vivimos del turismo, tampoco nos la podemos permitir.
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